miércoles, 7 de enero de 2009

EL PRINCIPIO

Tenía 15 años, pero ya estaba totalmente desarrollada, y mucho más que mis amigas, por lo que muchas veces me hacían comentarios hirientes, de los que ahora me doy cuenta que probablemente eran por envidia, pero entonces me hacían sufrir bastante, en mi familia mi madre y mi hermana no se quedaban atrás con los comentarios.
Procuraba comprarme ropa muy ancha para disimular mis pechos pero hay cosas que no se pueden disimular, muchas veces veía como los chicos me miraban el escote cuando hablaban y eso me hacía sentir muy mal.
Los vecinos eran bastante amigos de mis padres y el señor Anselmo se quedó viudo como no sabia hacer nada en la casa, mi madre acudía muchas veces a realizar esas faenas.
durante unas vacaciones de navidad, como no habia aprobado ninguna asignatura, mi madre me dijo:
-pues para pagarte las clases particulares vas a ir tú a hacer las cosas a casa de Anselmo, para que sepas lo que cuestan las cosas.
Así empecé a acudir todos los días a su casa, una hora por las mañanas y otra despúes de comer para recoger la cocina, el señor Anselmo me dijo el primer día que sabia hacer muy bien las cosas de la casa para ser tan joven y me invitó a una Coca-cola el primer día, me sente con él en el salón y me sentí muy cortada, no sabia que decir, el era un señor de unos 55 años y yo aunque lo conocía de toda la vida nunca había estado a solas con él. Me estuvo preguntando como me iba en el instituto, quienes eran mis amigas y si tenía novio, yo me puse colorada y le dije que no, y el se rió y dijo que eso no tenía porque darme verguenza y que seguro que algún chico me gustaba le volvía a repetír que no.
Pasó una semana y mi madre me dijo que el señor Anselmo estaba contento con mi trabajo, yo me alegre, fuí esa mañana y el señor Anselmo no estaba en el salón como siempre, eran las 11 y aún no se había levantado, me dijo que estaba resfriado, se iba a poner una bata y a salir de la cama para que le arreglara la habitación, cambié su cama y se volvió a meter en ella, yo segui con las tareas de la casa cuando me llamó, dijo Eva por favor me puedes traer un pijama limpio para que me cambie, le dije que si y se lo di, podrías ayudarme me dijo, yo retrocedí y el me cogio de las manos, no tengas miedo preciosa, no voy a hacerte nada.
Me abrazó y empezó a acariciarme el pelo, yo intente separarme, le dije que no me tocara, y me dijo que no fuera mala, solo quería demostrarme cuanto le gustaba estar conmigo, ven conmigo a la cama, dame calor, me dijo. A través del pijama y por su voz muy ronca me dí cuenta de que estaba excitado y sentí pánico, le grité que no me tocará y me aparte iba hacia la puerta pero cuando la fui a abrir me agarro muy fuerte por la cintura y empezó a frotarse contra mi por detras, yo noté que eso me excitaba pero no quería ceder.
-no seas mala Eva, solo quiero que me des un beso para ayudarme a recuperarme, entonces me giró y esperó y yo le di un beso en la mejilla, no así no, me dijo, un beso de verdad, dijo, y empezo a darme besitos en la boca, muchos piquitos, como los llamabamos entonces, y a mi me gustaba, entonces me dijo, abre los labios cariño, quiero saborearte y yo los abri, sentí su lengua girando en mi boca y noté su bulto cada vez más duro a través de su pijama.
subió sus manos a traves de mi cintura hasta mis pechos y empezó a acariciarme, muy despació mientras seguia moviendo su lengua en mi boca, de pronto me las aplastó muy fuerte tanto que me hizo daño, yo me aparte y le dije:
-suelteme, me hace daño, me voy a mi casa
-mmm lo siento preciosa no lo he podido evitar, tienes unas tetas preciosas, quiero verlas quitate el jersey.
-oh no, me moriria de vergüenza.
- yo te lo quito, verás como te gusta, solo quiero acariciarte
mientras hablaba ya me estaba quitando el jersey:
- mmm que ricas cariño, me encantan, ¡que pezones¡ dejame comertelos verás como se te ponen duritos cariño
Con su lengua empezó a lamerme los pezones, yo notaba que estaban duros como piedras y el seguia con sus manos y con su boca, yo sentia mucho calor, y contracciones en la entrepierna, inconscientemente me arqueé para que pudiera chuparmelas mejor, entonces el se puso como loco, me mordió los pezones, jadeaba y no dejaba de frotarme su poya que era cada vez más grande
-mira como estoy me dijo, cogiendo mi mano y poniendomela en su paquete, y a tí te gusta que te coma las tetas no digas que no.
no dije nada, y comenzó a desabrocharme el pantalón, rapidamente metio sus manos en mis braguitas, yo estaba muy mojada y me daba un poco de verguenza.
-te dije que te gustaria, estas mojadita, mmm, este chochito va a ser para mi, ¿verdad, Evita?
ven a la cama cielo.
Me tumbó en la cama y me bajó los pantalones, metió la cabeza entre mis piernas y comenzo a lamerme, yo no paraba de gritar y de moverme
-si así, quiero ver como te retuerces esperando mi polla, voy a follarte cariño, verás como te gusta.
-no, no por favor, me va a doler
-no no te va a doler cielo, estás muy excitada, verás como no te hago daño
Se bajo el pantalón de su pijama y no llevaba nada debajo, solo su enorme polla, yo abrí los ojos asustada
-¿te gusta?
-oh no me da miedo, está muy grande
-tu la has puesto así preciosa, verás como te va a dar mucho gusto, tanto como tu a mi preciosa, abre las piernas para mi cariño
Me abrió las piernas y se tumbo sobre mi, me metio la lengua en la boca y la movia esta vez muy deprisa mientras me rozaba el coñito esta vez con su polla directamente
sentí un leve dolor cuando me di cuenta estaba moviendose dentro de mi y jadeando, al principio despacio, luego cada vez más deprisa
-muevete, así, oh que rico nena, sabia que te iba a gustar,
siguió moviendose cada vez más deprisa y yo de repente noté que me venía un orgasmo, nunca lo habia sentido así ni cuando me tocaba sola, se lo dije y dijo
-oh si, nena correte, bañame la polla, mmm, como te gusta, vamos a disfrutar mucho
al poco salió de mi y empezó a frotarme la polla entre mis tetas hasta que se corrió gritando, me untó las tetas con su semén y me dijo, la proxima vez, quiero correrme dentro de tu coñito, quiero que me sientas dentro, ha sido muy rico preciosa, esta tarde vamos a hacer más cositas en la siesta, me ayudó a vestirme y se despidió de mi con un largo beso, yo aún estaba que no me podía creer lo que había echo, pero me había gustado mucho, y el señor Anselmo había dicho que por la tarde seguiriamos.